[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Aún es pronto para calibrar el impacto que esta crisis va a tener sobre los patrones que han perfilado nuestra cotidianidad hasta hace apenas tres meses. A un nivel superior, tampoco se logra vislumbrar el alcance que ello entrañará sobre la economía, la salud, las condiciones sociales y demás ámbitos, aunque se intuye su intensidad y gravedad y, como suele ocurrir, las consecuencias permearán sobremanera en los sectores sociales más frágiles. Como se informó en el boletín anterior, Fundación PRODE también se ha visto afectada y obligada a tomar decisiones pertinentes para minimizar la transcendencia de posibles consecuencias desfavorables sobre el futuro de la Entidad, a la par que trabaja para recobrar la normalidad de forma paulatina. Hay actividades que no han parado por motivos obvios, como pueden ser los servicios de atención residencial de las Áreas social y de dependencia u otras, cuyo carácter indispensable ha determinado su continuidad, como son las actividades de cocina, lavandería, limpieza, administración, etc. El resto de actividades han comenzado a arrancar integrando en sus dinámicas usuales las medidas y hábitos que esta epidemia está instaurando en la nueva normalidad. Cabe destacar de esta situación el descubrimiento del teletrabajo como alternativa factible dentro del esquema habitual de operatividad que, gracias a que la Entidad contaba con las condiciones y herramientas tecnológicas necesarias, ha evitado la interrupción brusca de gran parte de su actividad y ha hecho posible la continuidad de una labor profesional ágil durante este tiempo. Se vislumbran tiempos de cambio donde la imaginación y la creatividad serán dos motores esenciales que impulsen respuestas efectivas y, sobre todo, inteligentes a los retos que se vayan planteando. Porque como apuntaba el sabio, la inteligencia es la habilidad imprescindible para adaptarse al cambio.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

2 Comments

  1. Elvira López López 9 de junio de 2020 at 22:05 - Reply

    Debemos asumir todos esta crisis.Colaborar y dar lo mejor de cada uno ,trabajar con optimismo y ganas todos los dias,creo que esa es la actitud,y si alguno de nosotros no podemos entrar por la situación que existe ahora,pues a seguir colaborando y ayudando para que esta Fundación siga adelante,gracias por tanto!!!!!!

  2. Miguel 10 de junio de 2020 at 08:52 - Reply

    Hola soy miguel de fuente la lancha busco empleo jardinero recepcionista repartidor de papeles en gasolinera

Deja un comentario

Artículos relacionados