Responsable y comprometida con el ámbito social, desde hace años ha incorporado diferentes recursos que favorecen una mejor atención de la población mayor de la comarca, innovando en el modelo de atención y apostando por la formación de los profesionales.
Con ello pretende no solo dar respuesta a las necesidades de la población, sino que además, con esta incorporación, da cumplimiento a su Misión generando nuevas oportunidades de empleo para personas con discapacidad que se incorporarán a la plantilla de personal de dicho centro.
El índice de población mayor dependiente sigue creciendo y la necesidad de plazas residenciales es una realidad.
Diferentes estudios indican que el riesgo de que las personas mayores en situación de dependencia pierdan el centro de su vida se incrementa cuando pasan a vivir a una residencia. Esta suele ser una de las principales razones por las que las personas mayores no quieren abandonar sus casas. Y esta pérdida suele ocurrir cuando las personas mayores son vistas como receptores pasivos de la atención y los servicios se planifican y desarrollan de manera rígida en torno a las necesidades organizativas, sin tener en cuenta las preferencias, intereses y deseos de las personas y sin que estas participen en la toma de decisiones.
Fundación PRODE se embarca en este proyecto con el firme objetivo de contribuir con el cambio de modelo de atención centrado en la persona y no en el servicio. Desde dicho centro residencial se prestará un modelo integral de intervención profesional que gira el punto de vista hacia las necesidades, capacidades y la posibilidad de autodeterminación de la persona mayor, donde se establecen como pilares fundamentales el conocimiento individual de cada persona atendida, no solo en su faceta de salud y necesidades, sino en sus intereses y capacidades.
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