Resulta pertinente la aclaración de varios conceptos que ayudarán a entender el contenido del presente artículo sobre la importancia de la igualdad de género en el contexto de la empresa, en concreto se trata de los conceptos de: “igualdad”, “género”, “igualdad de género” y “mainstreaming (transversalidad) de género”.
Con el objeto de precisar el primero de ellos se ha de abordar el Principio de igualdad como punto de partida y, a la vez, propósito final. Este Principio englobaría en sí mismo una doble dimensión, como advierte la profesora Patricia Fernández. Por una parte, lo estipulado en el artículo 14 de nuestra Constitución, que se refiere a una igualdad formal, donde las normas han de establecer el mismo trato a toda la ciudadanía, prohibiéndose cualquier tipo de discriminación. La otra vertiente del Principio hace referencia a la igualdad material o igualdad en la aplicación de la ley, recogida en el artículo 9.2 del texto constitucional, disponiendo que los poderes públicos han de intervenir para conseguir una igualdad real. De ello, se desprende que la igualdad formal no asegura la consecución de la igualdad real y, por tanto, la vía para corregir las desigualdades es la igualdad material, cuyo objetivo final es alcanzar la igualdad plena y efectiva.
Cuando hablamos de género, a diferencia del concepto de sexo, se trata de una construcción social referida a los estereotipos, roles sociales, comportamientos, actitudes, características que una sociedad atribuye a mujeres y a hombres. Así, la igualdad de género se entiende como una relación de equivalencia en el sentido de que las personas tienen el mismo valor, independientemente de su sexo, y por ello son iguales. En este sentido, la igualdad no pretende homogeneizar sino reconocer la diversidad de mujeres y de hombres y actuar en base a ello para asegurar los mismos derechos, libertades y oportunidades. Según Celia Amorós: “la igualdad de género es el concepto normativo regulador de un proyecto feminista de transformación social”.
Finalmente, el mainstreaming de género se erige en una estrategia efectista respecto a la igualdad real y es un proceso que incluye a hombres y mujeres para generar un cambio sobre la sociedad en general y enfocado a la modificación de las estructuras sociales existentes, por lo que se considera necesaria la participación de todos los agentes implicados en la elaboración de las políticas. El objetivo que persigue es la igualdad real entre hombres y mujeres, evitando que se perpetúen los desequilibrios estructurales en base al género.
Una vez hechas estas apreciaciones y partiendo de la base legal vigente en nuestro país, es momento de ponerse manos a la obra y trabajar transversalmente en la consecución de la igualdad material y efectiva. La igualdad ha de constituir un elemento estratégico y de calidad en las empresas ya que permite tener un mayor conocimiento de la gestión empresarial y de los recursos humanos disponibles. Las empresas que asumen el principio de igualdad como uno de los ejes prioritarios de su cultura empresarial e incorporan permanentemente la igualdad en la gestión del capital humano, garantizarán que las mujeres y los hombres cuenten con las mismas oportunidades en el acceso, participación y permanencia en todas las prácticas de gestión empresarial. Ello reportará innumerables beneficios entre los que podemos destacar: mejor clima laboral y mayor motivación entre sus equipos de trabajo, optimización de los recursos, más y mejor aprovechamiento del talento, mayor competitividad, mejor imagen y reconocimiento público, etc.
En definitiva, aunque el conjunto de recomendaciones, normativas, planes y demás medidas pueden sentar las bases para solucionar el problema de la desigualdad, esta tarea precisa ser reconocida como una obligación moral interna por parte de las organizaciones empresariales. La efectividad de cualquier proceso de transformación requiere un verdadero cambio cultural y educativo, también en el ámbito empresarial, y ello se puede conseguir a través una adecuada concienciación moral y ética sobre el tema en cuestión, responsabilidad que ha de ser compartida por todos y todas.
