Cuando se quiere mejorar en la forma de hacer las cosas, se deben fijar metas y adoptar modelos que busquen la excelencia, ver quién lo hace mejor, y replicarlo en la medida de lo posible. El CAIT de Fundación PRODE ha escogido el camino de la innovación y las prácticas eficaces, basando su gestión en la experiencia de entidades que hacen bien su trabajo, que investigan y que consiguen resultados significativos.

Entre ellas, la División de la Infancia Temprana (DEC) que es un organismo internacional que se dedica a mejorar la calidad de vida de menores y sus familias. A través de sus “Prácticas Recomendadas”, busca guiar tanto a profesionales como a familias sobre cómo mejorar los resultados de aprendizaje y fomentar el desarrollo infantil de manera efectiva.

En España, este compromiso con la atención temprana se refuerza mediante la Resolución de 28 de junio de 2023 de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 10 de julio de 2023, que establece una hoja de ruta para mejorar estos servicios en el país. En concreto, reconoce que “generar competencia en la familia y los entornos donde el niño o la niña se desenvuelve pasa por establecer una relación de igualdad y colaboración tanto con la familia como con los distintos agentes existentes en la vida de ese niño o niña. A todo lo que se trabaja con el niño y la niña, se suma lo que se trabaja con las personas de su entorno para favorecer de forma conjunta la mejor intervención posible, favoreciendo unas rutinas y actividades cotidianas significativas.

La intervención temprana en Fundación PRODE está alineada con esta resolución y trabaja para materializar la universalidad, la responsabilidad pública, la equidad, la gratuidad, la calidad y la accesibilidad, independientemente de cualquier circunstancia, incluida el lugar de nacimiento, por lo que vivir en zonas rurales o núcleos alejados de grandes ciudades no puede mermar este derecho.

Una vez garantizada la accesibilidad universal con suficientes servicios de proximidad, la atención temprana debe apoyarse en prácticas eficaces, basadas en la evidencia científica. Este enfoque reconoce que la participación activa y el apoyo continuo de las familias son fundamentales para el éxito de la intervención temprana.

Este modelo de trabajo viene avalado por un Premio de Buenas Prácticas de la Junta de Andalucía en 2003, el sello de calidad de EFQM 500 desde julio de 2021 y la certificación avanzada de ACSA (Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía) desde 2019 y, cómo no, por decenas de familias que diariamente trabajan codo con codo con los equipos de terapeutas, para lograr el mejor desarrollo posible para sus hijos e hijas.

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