El envejecimiento tiene un potencial extraordinario, si entre todos lo sabemos aprovechar. Es fácil pensar que las personas que envejecen tendrán un valor añadido, más tiempo libre, experiencias y conocimientos acumulados para cuidarse e incluso aportar sus conocimientos a la sociedad. Es fascinante la experiencia de las personas mayores para el entorno y sus familias.

A nivel social se debe garantizar una sostenibilidad para nuestras personas mayores que vaya a favor de las desigualdades.

Al estar desvinculadas de responsabilidades laborales y otros condicionantes que a menudo nos acompañan durante la edad adulta, generar unas contribuciones sorprendentes para la sociedad en muchos campos.

El envejecimiento como un Reto

  • Un reto

El reto es entender cómo queremos envejecer. Ver si nuestro objetivo final es alargar la vida o tener calidad de vida, mucho tiene que ver las “capacidades intrínsecas” de la persona, sobre todo de sus funciones que sirven para andar, pensar, ver, escuchar y recordar, que interactuando con el entorno son objetivos vitales y significativos para tener un “envejecimiento saludable” que pone en el centro a la persona en global.

  • El reto de la estrategia

La estrategia para conseguir este “envejecimiento saludable”. A pesar de buscar la «píldora mágica”, las consecuencias negativas del envejecimiento tienen una causa multifactorial relacionada con aspectos genéticos con el estilo de vida. Para que cada persona siga realizando actividades significativas durante esta etapa de su vida hace falta una estrategia que actúe a partir del estilo de vida poniendo como eje la actividad física.

Las recetas para un “envejecimiento saludable»  son complejas, compaginar una adecuada actividad física, dieta y descanso nocturno.

Desde nuestros centros y servicio de Fundación PRODE se fomentan las relaciones sociales, reduciendo la soledad no deseada y las desigualdades que están latentes en la actualidad, analizando nuestra manera de mirar, cuidar y proteger a nuestros mayores para contribuir a mejorar su calidad de vida. 

Trasladamos nuestras iniciativas a la sociedad en general para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y sus familias desde un enfoque comunitario.

  • El reto de la implementación

Una Responsabilidad y compromiso con la Calidad de Vida es tener una buena relación con el  sistema de salud, hay que ser proactivo y enfocar la prevención, e integrarse de verdad con los recursos sociales, hay que tener herramientas para gestionar la salud de nuestras personas mayores para que puedan tomar sus propias decisiones. Todo eso ayudaría también a la sostenibilidad del sistema haciendo un uso racional de recursos y evitando sobreactuaciones.  El objetivo fundamental es que cada persona mantenga unas actividades significativas durante la edad adulta, y para ello hace falta una estrategia multicomponente que actúe sobre nuestro estilo de vida en el envejecimiento.

Poner el foco en el ejercicio físico y la sociabilización está siendo efectivo sobre diversas cuestiones de salud siendo unas estrategias preventivas efectivas contra la demencia y Alzheimer.  

Nunca es tarde: está demostrado que incluso empezar a hacer ejercicio de mayores tiene un impacto positivo. El reto es cómo conseguir que el ejercicio sea una parte integrante de nuestro estilo de vida y no un estrés añadido a unas rutinas diarias.

Concienciar a nivel social que debemos ser tratados por igual desde la educación y acompañar a las personas mayores a tener una vida plena y digna que los lleve a la felicidad.

¿Cuál es la preocupación de las personas mayores y su punto de vista?  

¡Es Responsabilidad de todos poner en valor mi proyecto de vida! ¡Deseo que me quieran con mi edad, en el momento en el que estoy!

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