Me llamo Raúl Redondo Jiménez y nací en Santa Eufemia (Córdoba) y aunque llevo viviendo en Pozoblanco muy a gusto desde los 18 años, siempre me ha gustado visitar mi pueblo, del que guardo muy buenos recuerdos.
Recuerdo a mi hermano Javi. Cuando éramos pequeños, íbamos siempre juntos; Javi hacia todas las travesuras, siempre mandadas por mí. Me conocía los nombres de todos mis vecinos y, aunque yo fuera un peligro, allí me querían con locura y yo, a todos ellos.
Os cuento una anécdota de cuando aún vivía allí, ya le había echado el ojo al muchacho del reparto que venía al pueblo a la tienda de Emilio, le decían “Chaquetas” de apodo. Venía con la furgoneta a dejar los productos a la tienda, así que cuando un día se bajó, aproveché y sin pedirle permiso, me subí por detrás y allá que me fui con él a darme un paseo. Fue en El Ventorro, dirección Almadén, cuando ya se dio cuenta de que yo iba en la furgoneta, menudo susto se llevó. Al final tuvo que traerme de vuelta a mi pueblo. ¡¡¡Bien que la lie ese día!!!
Mi familia ha sido siempre muy importante para mí. Cuando mi madre falleció yo tenía 16 años, mi hermana Antonia hizo el papel de madre y hermana. Recuerdo a mi padre con muchísimo cariño, le llamaba Kiko Rondo, su nombre Francisco, nos quería a rabiar a mis hermanos y a mí. Cuando me vine a vivir a Pozoblanco, mi padre venía todas las semanas a pasar un día conmigo, nos llevábamos muy bien, y además todos los trabajadores de PRODE lo conocían y le tenían un especial cariño
Actualmente disfruto mucho relacionándome con mis compañeros y personal de apoyo, me gusta mucho hacer bromas y recibirlas, me hace mucha gracia cuando me hacen bromas y siempre tengo ganas de reír.
Otra cosa que me gusta son las revistas del corazón, repasarlas y ver las fotos. Mi hermana cada vez que viene a verme me trae una y si no, cada semana con mi salario estímulo me compro una. Me gusta llevarla conmigo y repasarla.
Me gustan mucho los relojes, sobre todo de colores alegres, de tipo deportivo y con números, para los Reyes siempre me pido uno nuevo. Me fascina la música, ir al campo a respirar el aire puro, pasear, tomar el sol y echarme mi siesta con pijama incluido, para coger fuerzas y seguir siendo revoltoso.
En Fundación he pasado por varios servicios, lo que significa que poco a poco se han ido adaptando los apoyos que necesitaba en cada etapa de mi vida, ahora mismo estoy en la Residencia de apoyos extensos de Pozoblanco, donde me siento como en casa, he decorado mi habitación, me gusta tener fotos de mi familia, de mi hermana y mis sobrinos y tenerla decorada a mi gusto, con algunos muñecos, dibujos y colores alegres.
Mis personas de apoyo dicen que soy de esas personas que se hacen querer y que soy el ojito derecho de muchos de ellos, que tengo algo especial que hace que la gente me quiera mucho.
En Fundación PRODE me siento muy bien, están pendientes de todo lo que necesito, ahora que me puedo mover menos, porque tengo las piernas más delicadas, están pendientes de ayudarme, cuidarme y apoyarme en todas mis necesidades. Aquí me he sentido siempre muy querido y soy realmente feliz.