¿Puede decirnos en un lenguaje claro cuál es lo esencial de esta Ley a cuyo estudio se ha dedicado el reciente Congreso Nacional celebrado en Córdoba?

Lo esencial es que nos invita a pensar de otra manera sobre la Discapacidad, a mirarla con otros ojos.

En buena medida esto ya se ha conseguido en cuanto a la integración social, en el ocio, en el deporte, incluso en el mundo laboral. Lo que más cuesta soltar por parte de padres y familiares es la toma de decisiones, esto es, preguntar a sus hijos o familiares cómo quieren hacer las cosas y, en la medida de lo posible y razonable, apoyarles para que puedan llevarlas a cabo.

Hace ya bastantes años (2009) escribí un breve cuento titulado “CRÓNICA DE PREVISTONIA” en el que contraponía la actitud de dos tribus; la de “los Previstonios” y la de “los Yaveremos”. Los primeros se esfuerzan en cartografiar la vida de sus hijos o familiares con la mejor intención de que no tengan ningún percance. Los segundos, aunque pasan miedo, sueltan algún rato la mano, para que gocen de cierta autonomía y… ya veremos qué pasa. En la mayor parte de los casos pasan cosas buenas.

Venimos de un modelo paternalista. Los padres, los familiares, incluso la sociedad ha llevado a las personas con discapacidad “en brazos”, como a bebés.

Hay otra manera de hacer las cosas. Consiste en ponerlos en el suelo, enseñarles a andar, llevarles de la mano. En algún momento tirarán queriendo ir aquí o allá, hacer esto o lo otro. Podemos acompañarles y apoyarles en su voluntad, deseos y preferencias. Otras veces deberemos incluso soltar la mano para que caminen un rato por sí solos.

En esto nos jugamos la felicidad, tanto de la persona con discapacidad, como de sus familias. Los primeros podrán disfrutar de realizar cosas por sí mismos y los familiares podrán sentirse orgullosos y aliviados al comprobar que sus hijos, sus hermanos, etc…, son capaces de realizar cosas que aquellos ni siquiera se habían planteado.

¿Y esto viene en la Ley?

Pues sí, viene en la Convención de la ONU de Derechos de las Personas con Discapacidad – Nueva York 2006 – que es la base de nuestra Ley 8/2021 de 2 de junio de reforma de la legislación civil para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica.

La Convención de la ONU, que ha sido firmada por prácticamente todos los países del mundo, llama con fuerza, pide a todos (Estados, familiares, profesionales, ciudadanos, etc.) “tomar conciencia de esta realidad” (Art. 8) y el Preámbulo de nuestra Ley 8/2021 convoca a todos a “un cambio de mentalidad” pues es consciente de que, si bien se ha avanzado, este cambio dista aún mucho ser conseguido. Así se comprende bien el lema de este importante congreso que acaba de celebrarse en Córdoba.

“Cuando la sociedad cambia, cambia el Derecho”

Esto resulta fácil.

“A veces el Derecho quiere cambiar a la sociedad”

Esto ya no es tan fácil porque, inevitablemente se producen resistencias que, en general, van desapareciendo en la medida que se explica y se van viendo los resultados.

Hace 40 años el día a día de las personas con discapacidad era completamente “plano” y tedioso. Actualmente tienen la oportunidad de disfrutar de muchas cosas.

Para terminar, me parece muy importante resaltar que esta Ley 8/2021 se aprobó por unanimidad en el Congreso de los Diputados, sin que ningún Grupo Parlamentario votase en contra. Esto le otorga un enorme respaldo y estabilidad para ir avanzando en este proceso de igualdad de oportunidades y, en definitiva, de dignidad para amplio colectivo que conforman las personas con discapacidad.

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