Mi nombre es José Miguel Megías, soy de Valencia y llevo cuatro años en Córdoba en los cuales mi vida ha dado un giro de 180º. Me vine a esta ciudad para darme una oportunidad y empezar de cero, dejando atrás una vida muy desordenada, aquí encontré la paz.

Hace dos años entré en la casa de Acogida Municipal, Campo Madre de Dios. Antes de entrar en dicho lugar, decidí ingresar en otro que me ayudara a rehabilitarme de algunos malos hábitos que tenía, quería ser una persona sana, deportista y disfrutar de todos los momentos que la vida nos regala.

En estos dos años vividos en la Casa de Acogida, he estado preparándome para trabajar y crecer como persona. En este proceso, se me presentó la oportunidad de tener un empleo con Fundación PRODE, donde me encuentro muy satisfecho por formar parte del equipo. Aprovecho desde aquí para dar las gracias.

El trabajo que realizo a diario son tareas de limpieza en los jardines y parques de la ciudad de Córdoba, cuya labor me llena de honor y me abre los brazos hacia un nuevo camino, del cual estoy enormemente agradecido de poder seguir. Este camino significaría que mi segundo y más importante objetivo se está cumpliendo, el tener ese oficio y beneficio, poder tener una vivienda, una vida totalmente autónoma, reinsertarme en la sociedad y poder disfrutar de forma más digna.

Por todo lo dicho, siempre le voy a estar agradecido a Fundación PRODE, porque dar es creer y poder ayudar a quienes más lo necesitan, como son las personas más olvidadas de la sociedad, las Personas Sin Hogar.

Después de tantas batallas y tanta lucha personal, uno de mis objetivos se ha cumplido, por lo que puedo decir que se puede alcanzar todo lo que uno se proponga en la vida, si eres constante y persistente en tu día a día, manteniendo siempre la fe.

Hoy en día, lograr un puesto de trabajo estable es muy complicado debido a los trabajos tan precarios y sumergidos que existen. Por esta razón, me llena de orgullo el poder decir que he logrado encontrar un buen trabajo. Es más, la actividad que hago en el puesto encaja con mi personalidad. Dios tenía ese trabajo para mí y me lo ha otorgado, me llena y me satisface plenamente poder decirlo con la voz alta. El cariño que me han demostrado los compañeros ha sido espectacular, trabajar con gente así es un placer, siento que me han acogido con cariño, eso hace que el camino sea más fácil para alguien que acaba de empezar, la compresión que me han demostrado, no sé exactamente cómo podría explicarlo.

El pasado 30 de septiembre, entré ya en plantilla, por lo que comenzó un nuevo ciclo profesional. A partir de ahora sigo mi camino con más tranquilidad, me siento en paz y con más seguridad en mí mismo, ahora estoy fuerte para buscar un hogar y poder seguir con mi vida, poder dejar la Casa de Acogida “Campo Madre de Dios”, un lugar donde me sentí bienvenido, me han protegido y me han querido. Son tan buenos profesionales, como buenas personas. Nunca me olvidaré de ellos.

Queridos lectores, os animo a que persigáis vuestros sueños, porque sí que se puede conseguir las cosas que te marques en la vida, siempre que uno quiera y no se rinda, por muchos obstáculos que haya por el camino, por muy oscuro que veas la luz, sigue hacia delante, por muy dura que sea la batalla, levántate. Si lo que quieres lo tienes claro y lo mantienes en tu mente, te aseguro que lo conseguirás.

Aprovecho este momento, para dar las gracias a todas las personas que Dios ha puesto en mi camino los cuatro años que llevo en Córdoba. Hoy, gracias a ellos, puedo disfrutar de mis éxitos. Voy a nombrar a todos aquellos recursos por los que pasé porque creo que es importante saber cuál ha sido mi trayectoria de Red de apoyo para las personas sin recursos que viven en la calle, sin apoyos familiares: Reto Córdoba, Trinitarios, Cáritas, Don Bosco, Cruz Roja, Clece, Prode, Casa de Acogida Municipal. Gracias, miles de gracias…                      

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