Soy Manuel López Sánchez, pero casi todo el mundo me conoce por “Manolo”. Nací en Pozoblanco hace 61 años, y tanto mi vida como la de mi familia no podrían entenderse sin hablar de PRODE. Soy el segundo de cuatro hermanos y siempre he contado con el total apoyo de mi familia, aunque quiero destacar lo que mis padres han luchado por mí y, también, la relación especial que tengo con mi hermana Mª Victoria que siempre ha estado muy pendiente de mí.
Recuerdo que mi infancia no fue fácil sobre todo en lo que a colegios se refiere, dado que tuve algunas experiencias no muy positivas y ello motivó que mis padres probaran por diferentes instituciones escolares hasta llegar al Colegio Salesiano de Pozoblanco, donde sí supieron entenderme. Y quiero hacer una mención especial a D. Rafael Blanco, quien me ayudó dentro y fuera del colegio. Allí finalicé mi etapa escolar logrando aprender a leer, escribir y algo de matemáticas que me han servido para defenderme en la vida.
Una vez finalicé en el colegio, comienza la vinculación de mi vida y la de mi familia a esta gran casa que es PRODE. Hasta los años 80, en esta zona, las personas con discapacidad teníamos que estar en casa porque no teníamos a dónde ir y fue cuando se creó PRODE, en cuya fundación participó mi padre, que se sentiría muy orgulloso de ver hasta dónde ha llegado. Desde entonces, mi vida ha estado estrechamente vinculada a PRODE a quien debo, junto a mi familia, todo lo que he conseguido en esta vida.
Ahora que voy a jubilarme laboralmente e iniciar una nueva etapa es momento de mirar hacia atrás y rebobinar en mi trayectoria para contar algunas experiencias por las que he pasado y de las que me siento satisfecho. Mis inicios en PRODE fueron en el centro ocupacional, en 1984, donde pasé por varios talleres, entre los que quiero destacar el de aneado de sillas y el de enmarcado de cuadros. Pero lo que marcó realmente mi vida fue cuando me dieron la oportunidad de firmar un contrato de trabajo. ¡Aquello sí que me permitió cambiar mi vida por completo y sentirme valorado como cualquier otra persona, como mis hermanos!
Durante todo este tiempo que he sido trabajador de PRODE, mi actividad profesional se ha centrado principalmente en labores de ordenanza, cafetería y, también, en reparto de prensa. Pero si he de poner algo en valor es que el poder trabajar me ha permitido ser más independiente y lograr ser yo mismo. ¡Creo que mi padre se sentiría muy orgulloso de ver lo que he conseguido al poder realizarme en una organización que él contribuyó a crear!
Ahora que voy a dejar esta casa de la que he formado parte durante tanto tiempo quiero acordarme de tantos compañeros y compañeras con los que he compartido muchos momentos increíbles que han marcado mi vida. Y, sobre todo, aprovecho para dar las gracias a mis hermanos, a mis cuñados, a mis sobrinos y a todos los profesionales de PRODE que se han implicado en mi vida apoyándome para alcanzar las metas que me he ido marcando para intentar ser feliz. Y puedo afirmar que lo he conseguido. Gracias a todos y todas. Gracias a PRODE.