[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Llegado el ecuador del periodo de vigencia de las Unidades de Apoyo a la Actividad Profesional creadas en virtud de la resolución de la Dirección Provincial del Servicio Andaluz de Empleo que aprobaba la CUA/UAAP 2021, hacemos un pequeño balance del trabajo que se viene realizando en las mismas. Antes, debemos decir que hay Unidades de Apoyo en Fundación PRODE, MÚSER y YOSIQUESÉ y que éstas funcionan en el marco de los Servicios de Ajuste Personal y Social de las Personas con Discapacidad en los Centros Especiales de Empleo.

A nivel estadístico diremos que en estas UAAPs se están atendiendo a 48 profesionales con discapacidad repartidos así: 30 en la de Fundación PRODE, 15 en la de MUSER y 3 en la de YOSIQUESÉ. De esos 48, 22 tienen discapacidad intelectual, 21 trastorno mental, 3 discapacidad sensorial y 2 discapacidad física. De todos ellos hay 10 que tienen discapacidades combinadas: 1 tiene discapacidad intelectual, trastorno mental y discapacidad física; 2 combinan discapacidad intelectual y sensorial; 1 intelectual y física; 4 trastorno mental y física; 1 trastorno mental y sensorial; y, finalmente, 1 con discapacidad física y sensorial.

Obviamente, esto supone que cada una de estas personas necesite unos apoyos adecuados a sus características y aquí entra en funcionamiento el paradigma de la atención centrada en la persona y, siempre, teniendo en cuenta sus deseos. Hay que destacar, no obstante, que entre estos profesionales con discapacidad nos encontramos con muchos que tienen una dilatada experiencia en su puesto de trabajo lo que hace que no necesiten muchos apoyos.

Por otra parte, son frecuentes los contactos con los responsables directos de estos profesionales para intercambiar información y consensuar aspectos en los que se pueda trabajar con ellos. Además, se lleva a cabo un seguimiento protocolizado a través de visitas personales que, en ocasiones, pueden ser en el puesto de trabajo, o vía telefónica, y se atienden, a demanda de los propios profesionales, las cuestiones que estos puedan plantear.

No cabe duda de que los apoyos prestados desde estas Unidades redundan en beneficio no sólo de la persona trabajadora con discapacidad sino también del centro o la actividad en el que desarrollan su trabajo contribuyendo, así, a mejorar la calidad del servicio que se presta.

Ángel Mª López Castilla

Coordinador de las UAAPs

 

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