[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]¿A qué ha dedicado su vida profesional? 

Desde que terminé los estudios de ingeniería industrial en el año 1970, mi vida profesional ha estado ligada a empresas internacionales del sector de las telecomunicaciones y ordenadores, lo que me ha permitido vivir de cerca el desarrollo exponencial de estas tecnologías y además, trabajar en otros países con personas de distintas nacionalidades y formas de hacer.

También he participado en el entorno universitario como profesor asociado de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad Carlos III.

Dentro del ámbito asistencial y motivado por circunstancias familiares, he colaborado con ADELA, Asociación Nacional de Enfermos de ELA, de la que primero fui tesorero y después presidente.

 

¿Cómo surgió su relación de amistad con Fundación PRODE?

Conocí a la Fundación PRODE a través de mi hijo Alfonso cuando empezó a trabajar en ella hace ya algunos años. Enseguida capté los valores de la Organización y el mérito de haber creado una organización capaz de aceptar retos empresariales y a la vez, prestar unos servicios muy necesarios a la sociedad. A mi entender, el hecho de enfrentarse a nuevos retos hace que una organización social como la Fundación PRODE, esté mejor preparada para superar las dificultades que plantean las discapacidades. También aprecié el alto nivel de calidad que emana de la Entidad, tanto de los resultados obtenidos, como de todas las personas involucradas en la organización: dirección, personal y usuarios. Las certificaciones obtenidas por la Fundación posteriormente confirman la validez de lo que aprecié en mis primeros contactos.

La Dirección me pidió colaboración en el proyecto El Dehesafío, que por entonces se transfería a la Fundación. Acepté sin dudarlo, no solo por el hecho de participar en una organización con los valores que antes he mencionado, sino también por aportar mi grano de arena a la mejora y conservación de la dehesa. Supongo que también influyó el hecho de que los últimos años de mi vida profesional transcurrieran en un país carente por completo de vegetación y arbolado.

 

¿Nos puede hacer un balance del proyecto El Dehesafío? 

El proyecto El Dehesafío se crea en 2016 como una iniciativa para contribuir a la sostenibilidad de la dehesa de la Comarca de Los Pedroches en su vertiente social, económica y medioambiental.

La dehesa es uno de los pilares en los que se sustenta la Comarca. Fue creada por nuestros antepasados y nos corresponde a nosotros conservarla y mejorarla, para transmitirla a las generaciones futuras en las mejores condiciones posibles. Esta necesidad impulsa nuestro Proyecto, que tiene tres ejes de acción.

El primero es la difusión de los valores de la dehesa en la población escolar, mediante sesiones divulgativas: teóricas y prácticas. En el curso que ahora se inicia participan 540 escolares de 14 colegios, lo que hace que desde el inicio del proyecto hayan pasado por estas sesiones más de 2600 escolares de prácticamente todos los pueblos de la Comarca.

El segundo es la implantación de acciones concretas de conservación y mejora de la dehesa en las cabe destacar las campañas de regeneración del arbolado mediante la plantación de nuevas encinas y la de control de gusanos taladradores. Desde el comienzo del proyecto se han plantado 3250 nuevas encinas en más de 100 actuaciones en fincas.

El tercero, pero no menos importante que los anteriores, es la integración de personas con discapacidad en el ámbito laboral, mediante su participación en las actividades de divulgación escolar, de regeneración de la dehesa, así como en el diseño y fabricación de material auxiliar, entre otras.

El proyecto ha contado desde su inicio con el patrocinio del Ayuntamiento de Pozoblanco y de COVAP a través de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno, y desde este año, también con el apoyo de la Diputación de Córdoba. También cuenta con la colaboración imprescindible de gestores y propietarios de fincas que participan en las campañas del proyecto.

Desde aquí quiero agradecer a todos su ayuda, que es completamente necesaria para el desarrollo de nuestro proyecto.

 

¿Qué espera de este útil proyecto en el futuro? 

En primer lugar, infundir los valores de la dehesa en los escolares de los colegios de la Comarca, para promover el compromiso futuro de los jóvenes con la dehesa y favorecer el relevo generacional.

En segundo lugar contribuir a la mejora de la dehesa que, al ser un ecosistema creado por la mano del hombre, necesita acciones de mejora y mantenimiento. La tarea por delante es inmensa. La dehesa del norte de la provincia de Córdoba es la más extensa de Andalucía y tiene una densidad media de arbolado de 33 pies/Ha, pero con una edad elevada y, dado que en nuestras dehesas coexisten los usos ganadero, agrario y forestal, con escasa regeneración natural. Además, durante gran parte del pasado siglo, no se favoreció la reposición del arbolado.

Esto hace que para incrementar la densidad de arbolado en las zonas con baja cobertura (menos de 20 pies/Ha) y alcanzar el nivel medio (entre 20 y 40 pies/Ha), se necesiten más de 200.000 nuevas encinas, o que para aumentar un solo pie por Ha en toda la dehesa sean necesarias 300.000. Y eso sin contar con las necesarias para compensar las posibles pérdidas por edad o por efecto de la seca.

La aparición de la podredumbre radical o seca en algunas zonas de la Comarca hace necesario tomar medidas para reducir el crecimiento y actividad del patógeno en las zonas afectadas, así como implantar medidas preventivas para evitar el contagio de otras zonas. La fertilización cálcica está demostrando efectos positivos en el control de la enfermedad, en la mejora de la calidad de los pastos y en el aumento de la tolerancia de arbolado a la sequía.

Como puede verse es un auténtico desafío, de ahí el nombre del proyecto, pero es una tarea posible con la colaboración de todos los implicados, ya que debemos recordar, que la dehesa la hicieron nuestros antepasados y no contaban con los medios actuales.

El proyecto El Dehesafío, además de contribuir con sus acciones directas, espera ser un catalizador de la participación de todos los implicados, sin olvidar la importancia de establecer un vínculo permanente entre la sociedad y la dehesa. Para ello está poniendo en marcha campañas para aumentar la concienciación de la sociedad y facilitar su participación a través del apadrinamiento de nuevas encinas y la repoblación bajo el lema “cada persona una nueva encina”.

 

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