Desde 2004, cada cuatro años, el conjunto de la Organización, hace un alto en el camino para reflexionar sobre lo que dijimos que íbamos a hacer en los últimos cuatro años, qué hemos hecho y qué nos gustaría hacer en adelante. Fruto de ese análisis, tras mucho debate y abiertos a toda sensibilidad surgida desde el inconformismo y la posibilidad de poner en valor nuestra capacidad y lo que sabemos hacer, surge ese inmenso trabajo que es el Propósito para saber muy resumidamente qué queremos conseguir, quiénes son las personas objeto de nuestro esfuerzo y cómo queremos hacerlo. Sin esas coordenadas sería imposible avanzar, nos perderíamos.
¿Qué valorarías, principalmente, del nuevo Propósito de Fundación PRODE?
En comparación con las anteriores misiones, tres cuestiones principalmente. En primer lugar, me ha sorprendido la capacidad de síntesis que hemos tenido para en dos líneas expresar la realidad tan compleja en la que nos movemos. Por otro lado, la ampliación del círculo de personas a las que nos dirigimos. En el I Plan Estratégico, de 2004 a 2007, eran solo las personas con discapacidad intelectual la razón de ser de nuestro trabajo; en el II Plan, de 2008 a 2011, se extendió a todas las personas con cualquier tipo de discapacidad; en el III y IV, de 2012 a 2020, a las personas en situación de dependencia, y en este V Plan, de 2021 a 2024, se ha decidido ofrecer acompañamiento a toda persona vulnerable en riesgo de exclusión social. Y por último, también destacaría el término acompañar para definir la acción a desarrollar, creo que nos define perfectamente desde la perspectiva de igualdad que buscamos con todas las personas.
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