[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]En 2015, los Estados miembros de la ONU aprobaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de la Agenda 2030, un plan de acción a 15 años vista encaminado a erradicar la pobreza, combatir las desigualdades, promover la prosperidad y proteger el medio ambiente.

Los 17 ODS dibujan un reto global ambicioso que exige un esfuerzo coordinado y sostenido; algo en lo que se repara inmediatamente al enumerar los objetivos: 1. Fin de la pobreza; 2. Hambre cero; 3. Salud y bienestar; 4. Educación de calidad; 5. Igualdad de género; 6. Agua limpia y saneamiento; 7. Energía asequible y no contaminante; 8. Trabajo decente y crecimiento económico; 9. Industria, innovación e infraestructuras; 10. Reducción de las desigualdades; 11. Ciudades y comunidades sostenibles; 12. Producción y consumo sostenibles; 13. Acción por el clima; 14. Vida submarina; 15. Vida de ecosistemas terrestres; 16. Paz, justicia e instituciones sólidas; y 17. Alianzas para lograr los objetivos.

Si bien los ODS se plantearon en 2015 a 15 años vista, los líderes mundiales han fijado la década de 2020 a 2030 como un periodo de acción ambicioso, la llamada “década de acción”: un tiempo crítico para la consecución de los objetivos que requiere de la participación decidida de todos los agentes. En esta década clave, por tanto, no solo se requiere de la implicación de las instituciones de ámbito mundial y local, sino también de las personas, empresas y sociedad civil.

Ante esta tesitura, Fundación PRODE da el paso, toma parte del reto y asume los ODS no solo como opción de Responsabilidad Social Corporativa, sino también como parte integrante de su sistema de gestión, en todas sus acciones y áreas. Para ello contará con la ayuda de una consultora externa que ayudará a comprender el marco de los ODS, identificar y medir el impacto positivo que pueden aportar a la Organización, fijar objetivos concretos y, finalmente, extender los ODS al sistema de gestión de la Entidad.

Así es como Fundación PRODE se emplaza, en su ámbito de actuación, a hacer una contribución efectiva para alcanzar unos objetivos que marcarán el rumbo de la humanidad, muchos de los cuales forman parte, directamente, de la Misión de la Organización. Lógicamente, esta es una tarea compartida, de infinidad de agentes a lo largo del planeta que han de cooperar, que deben desplegar una estrategia coherente; y para eso se brinda el marco conceptual de los ODS, que la Entidad se dispone a asumir dentro de su sistema de gestión.

Los ODS no dejan de ser una apelación a la humanidad para construir un mundo mejor, lo que sintoniza especialmente con los fines del Tercer sector. Por ello, Fundación PRODE asume su compromiso con la Agenda 2030, asumiéndola como guía de su actuación.

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