[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Fundación PRODE sigue apostando para que, cada vez, más personas con discapacidad intelectual tengan posibilidades de sentirse seguras en un hogar elegido gracias al desarrollo de habilidades funcionales, sociales y prácticas que les faculten de mayor autonomía e independencia. Enmarcado en la convocatoria destinada a dar respuesta a fines sociales con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, acaba de finalizar la primera parte del programa “Mantenimiento del Servicio para el fomento de la Vida Independiente” desarrollado durante el ejercicio de 2020.

En este primer ejercicio, se han apoyado a diez personas en el fomento de un modo de vida en la comunidad y su inserción sociolaboral. A través de planes personales de apoyo, se están impulsando actividades relacionadas con la vida en el hogar, inclusión comunitaria, apoyos en el ámbito laboral y algunas formaciones relacionadas con el desarrollo de la autodeterminación y hábitos saludables, nutrición y cocina.

Durante el año 2021, se dará continuidad al programa poniendo la mirada en generar oportunidades y facilitar los apoyos necesarios para vivir de forma autónoma en viviendas enclavadas en la comunidad, siendo una alternativa factible a la institucionalización. Asimismo, se dará continuidad a los apoyos vinculados a la orientación y formación para el empleo de personas con discapacidad intelectual y/o trastorno mental que contribuyan a favorecer su inclusión sociolaboral y les provea de una necesaria suficiencia económica.

Entre las actividades propuestas, debido a la situación actual que vivimos por la COVID-19, se está trabajando en el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación, a través de la accesibilidad y la prevención ante riesgos y estafas; habilidades sociales, comunicación efectiva y resolución de conflictos. Se continuará apoyando a las personas destinatarias en la consecución de metas y objetivos personales a través de estrategias de intervención personalizadas en las que prima el protagonismo de la persona con discapacidad, potenciando los apoyos naturales.

 

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