En este ejercicio, se han apoyado a cuatro mujeres y cuatro hombres, atendiendo la paridad de género. Las personas beneficiarias han podido participar en el desarrollo de su propio plan personal de apoyos, impulsando actividades relacionadas con la vida en el hogar, la inclusión comunitaria, apoyos en el ámbito laboral y relaciones interpersonales. Igualmente, se han desarrollado algunas actividades grupales formativas, como la prevención de riesgos ante el uso de las Nuevas Tecnologías en la vida diaria, alertas ante timos y estafas, formaciones de prevención ante la situación provocada por la COVID-19 o acciones para desarrollar habilidades sociales y fomentar las relaciones interpersonales.
Como novedad, el Área Sociolaboral ha puesto en marcha un piso “puente”, integrado en la comunidad, en el que personas con discapacidad intelectual tienen la oportunidad de adquirir habilidades prácticas para desarrollar su propio proyecto vital y la transición hacia la vida independiente. Actualmente, conforma la vivienda habitual de dos personas beneficiarias del programa.
Con iniciativas de esta índole, Fundación PRODE sigue priorizando su propósito de “acompañar a cada persona en el desarrollo de una vida con sentido”, generando oportunidades para vivir de forma autónoma, inclusiva y comunitaria y apoyando a personas con discapacidad intelectual en la obtención de metas y objetivos personales en la “búsqueda de la felicidad”
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]