Me llamo Fernando y tengo siete años. Me gusta jugar al Súper Mario, nadar, estar con mis primos y amigos y no me gusta estar solo porque acompañado me siento mucho más seguro. Soy muy guapo, al menos eso me dicen en casa, tranquilo y cariñoso.
Comencé a asistir al Centro de atención infantil temprana de Fundación PRODE con dos años. Mi pediatra les dijo a mis padres que quizá necesitara un empujoncito en mi desarrollo, y mis padres lo tuvieron muy claro desde el principio.
He asistido dos veces en semana a logopedia y estimulación desde que tenía dos años hasta que cumplí los seis y esto, junto con los apoyos que recibo en el colegio y sobre todo en casa, ha hecho que aprenda muchísimas cosas, entre ellas a ser más autónomo en la comida y el aseo, a leer y expresar lo que quiero y a compartir.
A partir de los seis pasé al Servicio de educación, donde vamos los mayores. Comencé a asistir junto con cinco compañeros a sesiones de habilidades sociales y nos lo pasamos genial; jugamos, nos contamos nuestras cosas, corremos, reímos… nuestra cita de los lunes es especial.
Me gusta saber que mis padres, mi maestra y mi logopeda se coordinan constantemente para ayudarme a leer, escribir y aprender todo lo necesario para seguir avanzando. ¿Y sabéis por qué aprendo tanto y tan rápido? Porque me enseñan los contenidos de forma visual y eso hace que entienda mejor las tareas y, también, porque mi papá y mi mamá repasan conmigo todo lo que he aprendido durante la mañana, organizando la tarde tanto para los deberes como para el juego.
Ah y no quiero olvidar contaros que mi padre ha escrito un cuento para mí, basándose en los personajes de Súper Mario, como él sabe que me gusta tanto, me lo he leído volando. Además, está adaptando una aplicación con la que sabré todo lo que tengo que hacer durante el día. Qué suerte la mía tener una familia que me apoya tanto.