A punto de llegar a término, el proyecto subvencionado por Fundación ONCE a través de su Convocatoria general y bajo el título de “PRODEINTEGRA” ha obtenido unos resultados razonablemente buenos. Durante un año de trabajo con un grupo cercano a las 20 personas se han llevado a efecto numerosas actuaciones para mejorar su empleabilidad a través de procesos individualizados de orientación, formación y acompañamiento, que en muchos de los casos ha culminado con el acceso a un puesto de trabajo. El empleo constituye un factor clave en el proceso de inclusión social de las personas. Además de proporcionar un sustento económico reporta innumerables beneficios psicológicos, sociales, vinculados a la salud, entre otros. Tal y como se encuentra el mercado de trabajo en nuestro contexto socioeconómico, acceder a un puesto de trabajo estable y suficientemente bien remunerado resulta una tarea harto complicada para cualquiera, pero si además la persona sufre una discapacidad, las posibilidades se ven notablemente mermadas. Es por ello que experiencias como ésta resultan ser vitales y corroboran la idea de que aunando esfuerzos y ofreciendo las oportunidades que merecen, las personas con discapacidad tendrán más posibilidades de acceder al mercado laboral, evitando los serios riesgos de exclusión social que tanto atenazan al colectivo.
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