El Tercer Sector lleva tiempo afrontando, entre otros muchos, dos desafíos: la profesionalización y la necesidad de innovación. Y, precisamente, en correspondencia con cada uno de esos retos, la Universidad se caracteriza por ser ámbito de excelencia e investigación. ¿Qué iniciativas puede articular la Universidad de Córdoba para fortalecer, profesionalizar e inspirar al Tercer Sector?

La Universidad, en general, y la Universidad de Córdoba, en particular, lleva ya muchos años en interrelación con el Tercer Sector. Obviamente, y más allá de acciones propiamente de colaboraciones y sinergias con ONGDs, o de la dilatada trayectoria de nuestra Cátedra de Cooperación al Desarrollo, la Universidad de Córdoba ha puesto al servicio del mismo algunas de sus herramientas y estrategias, como las incluidas en la III Estrategia de Cooperación y Educación para el Desarrollo 2018-2021, la cual se centra en el desarrollo de cuatro ejes: en primer lugar la coherencia de políticas para el desarrollo humano; en segundo lugar la diversidad, la convivencia y la educación inclusiva; el tercero es la Cultura participativa y voluntariado comprometido. En cuarto lugar el Consumo Responsable, Soberanía alimentaria y alternativas socioeconómicas para el Desarrollo Humano Sostenible; y finalmente la Defensa de los Derechos Humanos, la justicia social y la equidad entre las personas.

Igualmente, los vínculos con el Tercer Sector se potencian a través de los Planes Propios de Cooperación y Educación para el Desarrollo que se convocan anualmente en la Universidad de Córdoba, y en el que se incluyen tres modalidades: en primer lugar, acciones de formación y sensibilización; en segundo lugar, Trabajos Fin de Grado, Prácticum, Trabajos Fin de Máster y Tesis Doctorales; por último, acciones de investigación o estudios sobre Educación para el Desarrollo. Todo ello, sin olvidar los voluntariados solidarios, o los proyectos UCOSocial Innova, en el marco de los Planes de Transferencia Galileo, en el que se trata de dar respuesta a una situación social problemática.

Recientemente hemos iniciado una línea de colaboración entre la UCO, a través de la Unidad de Educación Inclusiva y el Área de Cooperación y Solidaridad, con Córdoba Social Lab, de la Fundación Cajasur, para responder a las necesidades más acuciantes que se plantean por las entidades del tercer sector en Córdoba.

El empleo de las personas con discapacidad es uno de los grandes retos de toda la sociedad. ¿Qué iniciativas lleva a cabo la Universidad para vehicular la inserción laboral de estudiantes con discapacidad?

La Universidad de Córdoba, a través de la fundación FUNDECOR, pone en marcha algunas iniciativas para la empleabilidad del estudiantado con discapacidad, como por ejemplo los servicios de orientación profesional y laboral que imparten, así como el fomento de las prácticas remuneradas en centros especiales de empleo. Podría mencionar algunas actuaciones concretas como: Convocatoria de becas-prácticas Fundación ONCE / Inserta CRUE dirigida a estudiantes de la Universidad de Córdoba; el Convenio entre la UCO, Fundecor y las empresas Clece y Talher para la realización de prácticas académicas externas; y la colaboración con FEPAMIC en reconocimiento a su implicación en la labor dirigida a la inserción laboral de los estudiantes universitarios.

La Universidad es otro de los ámbitos en los que se ha demostrado que, con apoyos, la igualdad de oportunidades también es posible para los estudiantes con discapacidad. ¿Qué balance hace de la labor desarrollada en este ámbito? ¿Con qué dificultades se ha encontrado?

Hablamos del Servicio de Atención a la Diversidad, creado en 2016 e integrado por la Unidad de Educación Inclusiva y la Unidad de Atención Psicológica. El cometido de la Unidad de Educación Inclusiva es la atención a la diversidad de las personas que integran la comunidad universitaria, y en especial del estudiantado. Su labor no se ha centrado sólo en las personas con necesidades educativas especiales, sino que amplía su actuación a cualquier tipo de diversidad de género, de origen étnico, diversidad de orientación sexual, diversidad por origen sociocultural y económico, etc.

En el ámbito de la discapacidad, pretende ofrecer los apoyos necesarios para que el estudiantado pueda ejercer su derecho a la igualdad de oportunidades educativas en el ámbito universitario. Y nuestra valoración es positiva, dado que el alumnado con necesidades educativas especiales está promocionando adecuadamente. En este sentido, tenemos la satisfacción de tener a la primera alumna sorda graduada en Historia del Arte de España.

Las principales dificultades suelen estar relacionadas con los problemas de accesibilidad universal a nivel físico y digital. Tenemos mucho camino recorrido, pero seguimos analizando los puntos inaccesibles para, a través de un plan plurianual, acometer las reformas oportunas que permitan un disfrute pleno de todas las posibilidades a todas las personas de la comunidad universitaria.

Fundación PRODE

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