Por un lado, he tratado de visibilizar la realidad de personas con discapacidad intelectual que presentan conductas desafiantes graves, así como la realidad de su entorno. Y, por otro, en el plano de la investigación, el trabajo refleja cómo la intervención a través de la metodología de apoyo conductual positivo no solo es capaz de reducir el índice de estas conductas sino que mejora la calidad de vida de la persona.
¿Qué significa para ti este reconocimiento?
A nivel personal, sin duda, es una gran satisfacción ver publicado mi trabajo, sobre todo por el hecho de que el reconocimiento venga de organizaciones de referencia como el INICO y Plena inclusión, a las que personalmente les tengo especial consideración. En cualquier caso, creo que el premio es extensivo al esfuerzo que a diario hacen multitud de personas en Fundación PRODE y al talento que atesoran.
¿Cómo definirías la relación de Fundación PRODE con la investigación, la innovación y el conocimiento?
Es evidente que en los últimos años se está poniendo especial énfasis en vincular estos conceptos al desarrollo de la Organización en todas sus áreas. A nivel interno, son muchas las acciones puestas en marcha en este sentido, como la iniciativa Aprendiendo junt@s, la implementación de buenas prácticas en todos los servicios o la plataforma informática FORO. A nivel externo también hay claros ejemplos, como la potente apuesta por la formación al máximo nivel, la adopción del modelo EFQM o mismamente la disposición de este premio, que vincula al mundo de la universidad con el marco de las organizaciones sociales.
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