Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las personas con discapacidad tienen una tasa de actividad del 38%, casi 40 puntos inferior a la del resto de población (77%). En el caso de la discapacidad intelectual las cifras son aun menores, con una tasa de actividad del 30%. Y según datos del Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED), el 31% de la población activa con discapacidad se encuentra en situación de desempleo.

Se trata de un planteamiento objetivo socialmente injusto que alienta a la responsabilidad de los poderes públicos y las organizaciones del tercer sector para garantizar los derechos de las personas con discapacidad en el mercado laboral. Para ello, es necesaria la colaboración responsable, e implantar eficazmente un modelo de ocupación y empleo integral; como el propuesto por AEDIS siguiendo los principios rectores de Plena inclusión, caracterizado por la combinación de acciones de orientación, formación, empleo flexible y empleo con apoyo.

Este modelo tiene como principios fundamentales: 1) El diseño de un itinerario individual donde se planifiquen los objetivos, recursos y apoyos; 2) El aumento de las posibilidades de empleabilidad a través de la cualificación; 3) Se asegurará el derecho de retorno en el itinerario; 4) Debe ser un sistema mixto donde confluyan recursos sociales y de empleo; 5) Los recursos serán flexibles, abiertos e interconectados, pudiendo una misma persona usar de manera simultánea distintos recursos (ej. Ocupacional y empleo, formación y ocupacional, empleo y formación). 6) La consecución de los objetivos y las metas propuestos en el itinerario de cada persona, requerirán de diferentes apoyos en los ámbitos personal y social, formación y desarrollo profesional, y apoyo para la ocupación y el empleo.

Y además de los apoyos, será necesario planificar los recursos a través de los cuales se desarrollará el itinerario; servicio de orientación, servicio de formación, servicio ocupacional, empleo en un centro especial de empleo (CEE), y empleo con apoyo:

1) El servicio de orientación tiene como objetivos diseñar las actuaciones que conformarán el itinerario, y se establecerán las metas, recursos y apoyos, llevándose a cabo una evaluación y seguimiento de la persona en todo el proceso.

2) El servicio de formación facilita la adquisición de competencias técnicas, personales y sociales; existiendo tres tipos de formación. La formación pre-laboral, que tendrá una duración de entre 6 meses y un año, y permitirá la práctica de distintas actividades profesionales que facilitará la elección de un perfil profesional. La formación dual, que permitirá aprender trabajando, alternando la actividad laboral retribuida con la actividad formativa recibida en un centro de formación profesional acreditado. Y la recualificación profesional.

3) El servicio ocupacional es el eje vertebrador del modelo, y tiene como objetivo el máximo desarrollo personal y social, formativo y de inserción laboral, facilitando la capacitación (formación prelaboral, dual o recualificación), la preparación para el acceso al empleo, y los apoyos necesarios para el mantenimiento del puesto de trabajo.

4) El centro especial de empleo (CEE) será el centro de formación y empresa en el que se desarrollará el programa de formación dual, siendo necesario disponer de profesionales que presten apoyo en las áreas de desarrollo personal y social, de formación, y de empleo.

5) Y el último recurso a tener en cuenta es el empleo con apoyo, que tiene como objetivo el acceso, mantenimiento y promoción en una empresa ordinaria a través de un sistema de apoyos tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.

En conclusión, es una obligación ética y una cuestión de responsabilidad, aunar esfuerzos entre todos para implantar un modelo de ocupación, formación y empleo, adaptando el entorno a la persona, y no la persona al modelo, y que garantice la no discriminación y la igualdad para todos y todas en el mercado laboral.

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